Un total de 100 mil millones con tres prioridades: medioambiente, competitividad y cohesión.

#FranceRelance tiene, según palabras de su Presidente Emmanuel Macron, “el objetivo de que el país pueda transformar la crisis en oportunidad, priorizando las inversiones en los sectores más prometedores para desarrollar la economía y crear los empleos del futuro”.

Este plan es el siguiente impulso tras las medidas tomadas al inicio de la crisis, el pasado marzo, al que siguieron en verano planes específicos para los sectores más impactados.

Con estos 100 mil millones en dos años se pone en marcha la tercera fase de este plan anti-crisis.  La Unión Europea va a financiar 40 mil millones gracias al plan de estímulos históricos que se aprobó a finales del pasado mes de julio.

Los objetivos del plan son apoyar a las empresas, el empleo y los servicios públicos a corto plazo y poner las bases económicas para 2030, siendo más ecológicos, más competitivos, más resilientes y más inclusivos. Debería permitir llegar en 2022 a los niveles de PIB de 2019. Además de su papel de dinamizar la economía francesa, este plan de recuperación forma parte de una estrategia global de impulso a la transición digital y ecológica. Una transición clave y central en las últimas reformas llevadas a cabo por el gobierno francés para mejorar la competitividad, la atractividad y la productividad del país, reforzando el liderazgo industrial de Francia y su resiliencia.

El plan pivota sobre estos tres ejes:

  • 30 mil millones para acelerar la transformación ecológica de la economía, con inversiones en eficiencia energética de los edificios, en infraestructuras y movilidad, reducir la dependencia del carbón en procesos de producción, y desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno, reciclaje o biocombustibles.
  • 34 mil millones para reforzar la competitividad económica de Francia y su resiliencia, incluyendo reducciones substanciales en impuestos productivos, apoyar la financiación de las empresas, inversión en innovación industrial y exportación. También apoyará la resiliencia industrial francesa, así como su independencia con medidas para asegurar el abastecimiento de suministros esenciales y apoyar inversiones productivas en Francia

  • 36 mil millones para desarrollar formaciones, y apostar por la cohesión territorial y social. La inversión en formación para salvaguardar el empleo, ayudar a los más vulnerables, especialmente los jóvenes, ser más empleables gracias a formaciones específicas e incentivos a la contratación, así como mejorar la productividad y la resiliencia del sistema sanitario y social. El plan de recuperación apoyará la cohesión social, aumentando la capacidad adquisitiva de los hogares más humildes, y la cohesión territorial (inclusión digital, plan de estímulos del Banco de Territorios y revitalización de los comercios de los centros urbanos).